Una llamada telefónica logra cambiar el curso de todo un día y hasta podría decir que las noches también, pero se preguntaran que tiene de especial una llamada telefónica si podríamos estan tan cerca de la persona sin necesidad de un teléfono. Es bien simple, porque algunas personas no logran decir las cosas como se debe y cuesta muchísimo expresarse frente a frete o tal vez no existe la necesidad de hablar en tal momento, también a veces no existen los momentos tranquilos como para sentarse a charlar un rato y la comunicación se deteriora hasta un colapso de palabras que no logran salir. Entonces aparece el teléfono que nos ayuda porque el otro se ve en la obligación de escucharte aun sabiendo que dirás más tonterías que verdades y no logra mostrarte una palabra de consuelo digna para hacerte sentir mejor.
Hace ya un buen rato me siento depresiva, ya no tengo ganas de salir a la calle a pasear como lo haría antes cuando me sentía mal y al ver el cielo todo cambiaba. Tengo una tristeza muy grande en mi interior pero nadie me escucha y lloro en silencio como lo hacia antes. Que me esta pasando?
De igual forma me siento ahogada en un mundo que me muestra solo rutina y que no logra hacerme salir a flote de esta densa neblina que me ahoga, quiero gritar tan fuerte pero mi voz no sale y se queda muda porque nadie se a sentado un rato a escuchar lo que me esta pasando… y para que escribo si nadie me leerá, si nadie sabrá que en realidad estoy sufriendo por dentro, y tengo tantas ganas de acabar con toda esta mierda de vida que me toco vivir y que no me deja ser feliz.
Hace unos días me dije a mi misma: “Disfruta y olvídate de los problemas, solo disfruta el instante. Tu vida”. Pero así como una llamada puede lograrte hacer sentir mejor, la misma me derrumbo. Dejo de escribir unos segundos. Si, por el echo de que eh vuelto a llorar por aquella mujer que trata y trata de separar algo que creo que es lo único que rescataría de esta vida y que le veo derrumbándose cada día mas por mi comportamiento. Siento miedo. Mucho. De que un día con tono suave y profundo me digan acabemos con lo que forjamos y mi destino sea alejarme para siempre y no poder hacer nada porque tendré que viajar lejos y sea otra persona la que ocupe mi lugar. Estoy detestando vivir.
Lo siento. Las llamadas a veces hacen llorar.
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